El hombre que recorrió 106 países durante 16 años en su bicicleta
Pablo García, el trotamundos argentino oriundo de San Martín, Buenos Aires, se sumergió en una travesía que transformó su vida hace 16 años. Su hazaña: dar la vuelta al mundo en bicicleta, recorriendo más de 167 mil kilómetros y explorando las culturas y paisajes de 106 países. Este relato épico desglosa las experiencias de un aventurero que desafió límites, enfrentó adversidades y descubrió la riqueza humana en los rincones más remotos del planeta. El hombre que recorrió 106 países durante 16 años en su bicicleta
Los Primeros Pasos: De Mochilero a Cicloturista
Después de estudiar Relaciones Internacionales, Pablo sintió que su verdadero camino estaba en la carretera. Su aventura comenzó como mochilero en Brasil, donde, tras establecer una agencia de turismo en Maceió, sintió la llamada de la exploración en dos ruedas. La bicicleta, según él, proporcionaba una conexión más auténtica con la gente y una manera única de conocer el mundo.
Atravesar uno de los lugares más calientes del mundo, recorrer un circuito de 5,000 metros de altitud por día o amanecer con agua congelada a su lado, fueron algunas de las tantas aventuras extremas por las que transitó este trotamundos argentino.
Travesía Africana: Montañas, Desiertos y Culturas Lejanas
Con su bicicleta “Mérida”, Pablo partió desde Argentina, atravesando África en 27 meses. Enfrentó conflictos y desafíos físicos, como el paso a 5,000 metros de altitud en el Tíbet y el abrasador desierto de Danakil en Yibuti. Sus palabras revelan la sorprendente hospitalidad de los países musulmanes y la fascinación por lugares como Mongolia y el Tíbet.
No solo enfrentó desafíos geográficos, sino también la incertidumbre de desconocer conflictos en regiones como el norte de Uganda, el sur de Sudán o el norte de Kenia. Sin embargo, su determinación de atravesar cada continente en bicicleta refleja la esencia misma de su espíritu aventurero.
Encuentros y Despedidas: Relaciones en el Camino
La bicicleta adornada con banderas de los países que visitó se convirtió en su tarjeta de presentación. A lo largo del viaje, Pablo construyó amistades en todo el mundo y, en Italia, vivió una historia de amor única. Sin embargo, las despedidas y las adversidades climáticas, desde temperaturas extremas hasta asaltos en Latinoamérica, marcaron su travesía.
La capacidad de Pablo para forjar relaciones más allá de las barreras lingüísticas es evidente en su habilidad para conectar con personas de Pakistán, Kuwait y el Golfo Pérsico. La bicicleta se convirtió en un símbolo universal que trasciende idiomas y culturas.
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Desafíos Personales: La Salud, la Inseguridad y el Miedo
La preparación física no fue una prioridad para Pablo; la adaptabilidad y la resiliencia lo llevaron a superar los desafíos. Experimentó problemas estomacales en Asia y enfrentó situaciones de robo y violencia en América Latina. A pesar de ello, considera que el miedo es una parte esencial del viaje, manteniéndolo alerta y consciente de la cambiante naturaleza del mundo.
La salud mental, una faceta a menudo pasada por alto en las aventuras físicas, también desempeñó un papel crucial en la resistencia de Pablo. Su capacidad para mantenerse fuerte durante años de viaje revela una fortaleza interior que va más allá de la resistencia física.
El Último Capítulo: Qatar y el Regreso a Casa
La última parada de Pablo fue en Qatar, donde experimentó la emoción de la Copa del Mundo de 2022. Su amor por el fútbol argentino lo llevó a pedalear durante cuatro meses para presenciar el partido de la selección en los cuartos de final. Después de 16 años, decidió establecerse en Buenos Aires, pero su espíritu aventurero sigue vivo.
Este capítulo final es tanto un regreso a casa como un reconocimiento de la importancia del deporte en la vida de Pablo. La Copa del Mundo no solo fue un evento deportivo, sino la culminación de su viaje, una conexión con la patria desde la lejanía.
Argentina: Tesoros por Descubrir en Bicicleta
Pablo elogia a Argentina como un destino turístico incomparable, destacando la ruta desde Bariloche hasta Esquel como una joya potencial. Sueña con que Argentina desarrolle su potencial turístico, al igual que el Camino de Santiago en España, convirtiéndose en un destino mundial para los cicloturistas.
Su visión apasionada de Argentina como un destino ciclístico resalta la belleza natural del país y la riqueza cultural que podría ofrecer a los aventureros del mundo. La travesía de Pablo no solo fue una exploración personal, sino también una invitación a descubrir los tesoros escondidos de su patria.
Financiando el Sueño: De Sponsors a Emprendimientos Personales y Encuentros Inolvidables
La travesía de Pablo García no solo fue un desafío físico, sino también una gesta logística en términos de financiamiento. Después de perder el respaldo de sponsors argentinos debido a la crisis económica de principios de siglo, Pablo se encontró en una encrucijada financiera. Sin embargo, su ingenio y determinación lo llevaron a explorar nuevas vías para mantener viva su odisea.
El viaje de Pablo se convirtió en una narrativa fascinante de adaptabilidad y creatividad financiera. En un primer momento, se apoyó en patrocinadores locales en Argentina, pero la crisis económica del país lo obligó a buscar alternativas. Aquí es donde su enfoque estratégico y habilidades de negociación se pusieron a prueba.
Mozambique, un país inmerso en la pobreza, se convirtió en un punto de inflexión sorprendente para Pablo. Mientras hablaba portugués con la población local, fue presentado al director de la petrolera de Mozambique, quien se convirtió en su primer sponsor en el extranjero. Este encuentro no solo aseguró el financiamiento necesario, sino que también subrayó la universalidad de la conexión humana. El hombre que recorrió 106 países durante 16 años en su bicicleta
Después de aparecer en televisión, Pablo expandió sus horizontes y se asoció con una metalúrgica prominente y una compañía de telefonía en Mozambique. Este momento fue fundamental, ya que no solo garantizó la continuidad de su travesía sino que también demostró que la geografía económica no siempre dicta las oportunidades.
A medida que avanzaba por el mundo, la estrategia de Pablo evolucionó. En los países occidentales, donde la presencia de turistas en bicicleta no era tan exótica, se vio obligado a adoptar un enfoque diferente. Se convirtió en un hábil emprendedor, financiando su viaje de diversas maneras ingeniosas.
La venta de artesanías se convirtió en una fuente de ingresos confiable. Desde piezas únicas hasta recuerdos de sus viajes, Pablo se convirtió en un comerciante ambulante que ofrecía a los lugareños una ventana a sus experiencias. Esta interacción no solo le permitió mantenerse financieramente, sino que también sirvió como un medio para compartir su historia y conectarse con comunidades locales.
Su habilidad para diversificar sus fuentes de ingresos también lo llevó a la venta de fotografías. Cada imagen capturada durante su travesía contaba una historia, y la demanda de estas instantáneas enriqueció su presupuesto de viaje. Las imágenes se convirtieron en un testimonio visual de su odisea, documentando desde desiertos remotos hasta bulliciosas ciudades.
Cuando estaba en Australia y Norteamérica, Pablo dio un paso adicional. Escribió un libro en inglés sobre sus experiencias, ofreciendo a los lectores una visión detallada de su viaje. La venta de este libro se convirtió en otra fuente de financiamiento, permitiéndole continuar su viaje y documentar sus experiencias de una manera más profunda y reflexiva.
El punto culminante de esta estrategia de financiamiento fue la creación de un documental sobre su viaje. Utilizando los fondos generados por la venta del libro, Pablo logró producir un cautivador documental que capturaba la esencia de su travesía. Este documental no solo sirvió como una obra artística derivada de su viaje, sino también como una herramienta para generar ingresos adicionales al venderlo en los mercados de las ciudades que visitaba.
Pablo García demostró que, a lo largo de sus 16 años de viaje, el financiamiento de una odisea como la suya puede adoptar múltiples formas. Desde el respaldo inicial de patrocinadores locales hasta la creatividad empresarial en tierras lejanas, su historia es una lección sobre la resiliencia y la capacidad de adaptación en el mundo del viaje y la aventura.
Este viajero incansable no solo superó los desafíos geográficos, climáticos y culturales, sino que también demostró que la sostenibilidad financiera es esencial para mantener viva la llama de la exploración. La bicicleta, que comenzó como un medio de transporte, se convirtió en un símbolo de autenticidad y conexión, llevando consigo no solo a Pablo sino también la historia de los lugares que visitó y las personas que conoció a lo largo de su increíble travesía.
El hombre que recorrió 106 países durante 16 años en su bicicleta
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