Los marcos clásicos de MTB de los 90
En la década de los 90, las bicicletas de montaña (MTB) experimentaron una revolución de diseño con la introducción de las vainas elevadas. Este estilo, admirado por algunos y criticado por otros, marcó una era de originalidad e innovación. Marcas destacadas como Alpinestars, Funk, Scott Evolution y Yeti Ultimate adoptaron este diseño, utilizando materiales que iban desde el acero cromoly hasta el titanio y el aluminio. Los marcos clásicos de MTB de los 90
La tendencia de vainas elevadas fue popularizada en 1991 por Alpinestars con su sistema denominado E.O.S. (Elevated Oversize System). El objetivo era reducir la distancia entre el eje del pedalier y el eje trasero, creando bicicletas más reactivas y aptas para la escalada. Algunos modelos alcanzaban distancias de apenas 400 mm, gracias a un tubo de sillín curvado que ajustaba la rueda trasera. Sin embargo, no todas las marcas adoptaron este sistema de manera uniforme.
José Crespillo, en sus vídeos sobre la Al Mega E900 y la Funk Durango, destaca ventajas como la prevención de la acumulación de barro en el tren trasero. Esto facilitaba el giro de la rueda en terrenos complicados y permitía una mayor altura de pedalier, facilitando la superación de obstáculos y tramos trialeros. Además, se eliminaba el traqueteo de la cadena en terrenos bacheados.
El diseño presentaba sus fallas
A pesar de estas ventajas, las vainas elevadas no estaban exentas de desventajas. A altas velocidades, las bicicletas se volvían inestables y difíciles de controlar, lo que podía resultar en caídas peligrosas. Los cuadros diseñados con este sistema también mostraron fragilidades en el tren trasero, con fisuras comunes en las vainas a su paso por el tubo del sillín, en el tubo vertical y en la pipa de la dirección.
Le puede interesar >>> CYCLOTRON: LA BICICLETA FUTURISTA QUE COMBINA TECNOLOGÍA Y DISEÑO
Alpinestars, consciente de estas limitaciones, pronto regresó al diseño tradicional de cuadros de acero, abandonando las vainas elevadas. Incluso su modelo Ti Mega en titanio fue un intento de abordar los problemas de resistencia asociados con los montajes de aluminio. Las últimas generaciones de bicicletas con vainas elevadas intentaron mejorar la estabilidad mediante una mayor distancia entre ejes y el uso de un tubo de sillín recto, aproximándose a las geometrías convencionales.
Con el tiempo, las vainas elevadas perdieron su atractivo y sentido a medida que los fabricantes buscaron soluciones más equilibradas entre rendimiento y estabilidad. La breve pero intensa era de las vainas elevadas en las MTB dejó un legado de innovación, pero también de lecciones aprendidas sobre la importancia de encontrar el equilibrio adecuado en el diseño de bicicletas de montaña.